Nos pareció una buena idea y nos apetecía apoyar esa protesta, así que nos pusimos manos a la obra. Envíamos un mensaje a todos los macarronianos y este fue el resultado.
Primero llegaron Mª Jose, Rosa y Elena. Junto con Paula se pusieron a preparar el tomate y los macarrones.
Paula andaba con su mate y y Elena iba cortando el pan.
No paraban de echar tomate, tanto que aquello parecía que iba a rebosar por todas partes.
Luego llegaron Rommer y Cristhian, que junto con mi hijo Alvaro, se ocuparon de echar los macarrones a la olla.
A Rosa le tocó la limpieza. Hicimos una buena ración de macarrones. La olla casi llena.
Y a mezclarlos con la salsita de tomate que estaba para morirseeeeeeeeeeeee de "güena".
Y todo listo pues como siempre, a poner los macarrones en las bandejas. Y con una gran sonrisa.
A las bandejas les pusimos una pegatina del Macarrón Solidario con la dirección del blog y de correo electrónico.
Luego se nos incorporó Mariano que rápidamente se enganchó a la cadena.
Y luego a limpiar la olla como siempre. La verdad es que es uno de los momentos que mas disfrutan los macarronianos, jajajajaaj
Y si no mirad como quedó la olla después de la "mojada"
Y listos para salir hacia la concentración en las puertas del CIE.
En la concentración encontramos a algunos de los xavales que conocimos en la calle donde aparcaban coches.
Elena dispuesta con el carrito para empezar el reparto.
El grupo de jazz fue de los primeros en probar los macarrones. Y según nos dijeron, estaban muy ricos. La música que tocaron estaba muy bien. Fué una jornada agradable, donde mucha gente habló en contra de este centro. Lo único en contra fue la escasa participación para una población tan elevada como tiene Valencia.
Hubo también personas que trajeron sus instrumentos y amenizaron la velada con sus canciones. En este caso, un cubano con su guitarra nos deleitó con algunas de sus composiciones.
Como sobraron muchos macarrones, ya que la asistencia no fue tan elevada como se esperaba, preguntamos a los xavales que allí había, donde podríamos repartirlos. Nos dijeron que por la noche se concentran muchos de ellos en la Plaza de la Virgen, así que allí nos fuimos.
Allí nos encontramos con algunos miembros de Ollantai, una asociación de ayuda a los peruanos, de la que Mariano y Cristhian forman parte.
En la Plaza de la Virgen terminamos de repartir los macarrones restantes y luego a casita a dormir.
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