Mi hijo Manu nos esperaba en casa para echarnos una mano a subir todas las cajas que habíamos traído en el coche de Álvaro.
Luego llegaron Mª José con su coche y Nacho. Ellos son dos pilares del macarrón ya que siempre están dispuestos para colaborar sea el momento que sea.
Mª José descargando las camisetas que llenaban el maletero de su coche.
Mochilas, camisetas de varias clases y tallas y gorras que servirían para entregar a los xavales de la calle y que ellos lo agradecen enormemente.
Así quedo el salón de nuestra casa después de descargar los dos coches.
Y luego comenzó el reparto. Con mi pequeña moto fuí a varios sitios donde se que se concentran los xavales y fuí haciendo entrega de las mochilas y las camisetas. Diallo con su grupo de amigos en el parquecito.
Otro pequeño grupo cerca de la Fe.
Otro grupo más, en este caso Victor con sus amigos contentos con su petate y unas camisetas que iban dentro.
Luego Yuma y los Abdules (los dos se llaman igual) vinieron a casa a recoger las mochilas, camisetas, gorras y zumos.
Abdul contento con sus chanclas que también nos había traído Ana unos días atrás.
Y se fueron la mar de contentos con sus mochilas llenas de zumo y un brik de leche para cada uno, era lo único que nos quedaba en casa.
...por más que lo intento, en estos más de 2 años de tarea, nunca encuentro las palabras adecuadas para expresar toda la gratitud y alegría de los xavales cuando compartimos con ellos las cosas que nos donan.
A pesar del cansancio nuestro, de subir y bajar cajas, ordenarlas, revisarlas, organizarlas, repartirlas...y todo lo que implica continuar "día a día" con el macarrón solidario, ese momento especial que compartimos con ellos alivia nuestro cansancio y nos empuja a continuar.
Gracias, gracias, gracias.
Un abrazo a todos los que siempre están ahi, leyendo y ayudando de una u otra forma.
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