Una jornada más con los alumnos del ASV. Ya son dos cursos los que nos acompañan los últimos domingos de cada mes. Estamos más que contentos con la ilusión, el entusiasmo y las ganas con las que vienen a cada jornada macarroniana. Les deseamos a todos suerte en las próximas semanas cuando empiecen sus exámenes finales para que puedan disfrutar de un merecido descanso veraniego.
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Elena nos hizo el favor de ir a recoger el pan al Hotel Astoria ya que Manuel seguía en cama.
Alvaro, Nathan y Steve preparados para volcar la carne en la olla y comenzar una nueva jornada macarroniana, esta vez pasada por agua, porque estaba lloviendo a mares.
Poco a poco iban poniendo la carne con cuidado de que no salpicara el aceite, ya calentito.
Alvaro era la primera vez que nos acompañaba en el macarrón. Atento a todos los pasos que daban sus ya experimentados compañeros.
Una vez toda la carne en la olla, Steve se encargaba de ir removiéndola bien para que no se pegue en el fondo de la olla.
Después le relevó un ratito Jun. Es importante remover bien la carne para que no se nos quede pegada el fondo y luego es más difícil que se mezcle bien con el sazonador.
Mientras se va haciendo la salsa, otro grupo de encarga de pelearse con los abrelatas, porque os aseguro que es una verdadera lucha la que llevamos con esos aparatos, jajajaja. Que si se rompe uno, que si se dobla otro, que si ha perdido el filo, en fin, toda una odisea cada domingo para abrir los botes de tomate. Podrían hacerlos de esos de abrefácil. no??
Cuando la carne ya está doradita llega el momento de echar el sazonador de spaguettis de "Carmencita", ingrediente básico de nuestra salsa.
La primera tanda de tomate frito era para Mireia, Ji Yea, Steffen y Steve.
Jun, Alvaro y Nathan se preparaban para echar unos botes más. Steffen no soltaba la cuchara.
Steffen se adueñó de la cuchara de madera para remover el tomate mientras Jorge y Francis echaban los dos últimos botes. 8 botes en total, 20 kilos de tomate frito cada fin de semana.
Nathan fue el encargado de poner el primer cubo de agua. Jun miraba con atención el proceso. Para ellos cada domingo es especial. Lo disfrutan como si fuera la primera vez que vienen.
Alvaro, el primerizo, echando su cubo de agua bajo a atenta y risueña mirada del resto de compañeros. Se preguntaban ¿se le caerá o no se le caerá el cubo?. jajajajajaa
Y parece que no se le cayó. El terminó de llenar la olla con el agua justa. Aunque es fácil: ese desconchado que tiene la olla es justo la medida de hasta donde tiene que llenarse. Pero os aseguramos que es pura casualidad que esté esa señal ahí.
Ji Yea y Mireia se encargaban de colocar el pan en las bolsas para el transporte y reparto en la salida.
Los profesores Sexton, Veronica y Kathy con los alumnos y las cosas que trajeron para la despensa macarroniana, para la familia de Bruno y algunas ropas, mantas y algunos impermeables para la lluvia.
Mientras se hacía tiempo el agua ya iba estando en su punto, así que tocaba echar los macarrones.
Alvaro echaba su primer paquete, Steve se encargaba esta vez de un paquete de 5 kilos que nos habían traído la semana pasada y Jun preparado con la cuchara para removerlos y que no se peguen.
Nacho y Roxana llegaron hoy también a echarnos una mano ya que Manuel seguía con sus dolores. Luego más tarde tuvimos que ir de nuevo a urgencia de La Fe, donde quedó ingresado durante 5 dias.
Un vez cociditos y bien al dente para que luego no se pasen con el calor mientras se mezclan, se procede al escurrido.
Todos y cada uno de ellos pasan por el proceso. Como os decíamos, le encanta esta actividad y la disfrutan. Solo teneis que ver las sonrisas que nos regalan cada jornada.
Cuando están todos bien escurriditos toca la parte de la mezcla con la salsa. Ponemos la otra olla que ya dejamos preparada en otra mesa al lado de la olla con los macarrones.
Y a mezaclar¡¡¡¡¡¡¡¡¡
A Francis le encantaba llevar hoy el delantal de "machoman", jajajajaja
Y Jorge y Alvaro seguían mezclando.
Y mezclando y removiendo.
Y removiendo más todavía, jajajajaja
Paula iba dando las explicaciones de como ir pasando las bandejas a los que se encargan de llenarlas de forma que se haga rápido y tampoco entorpezca la labor de la fotógrafa, jajajaj. El profe Sexton seguía también las indicaciones.
Nacho hacía el papel de "maestro de ceremonias", jajajajaj y era el encargado de controlar la carga de las bandejas por Francis.
El profe Sexton también iba controlando el perfecto envasado de los macarrones mientras Jorge iba cerrando las bandejas que Alvaro le pasaba.
Jun se encargaba de pasarle las bandejas a Nacho y Ji Yea la encargada de cerrarlas una vez llenas.
Paula les iba enseñando como cerrar bien las bandejas sacándoles el aire para que no abrieran después.
Y como veis, tomaban buena nota y lo hacían bastante bien. Son alumnos aventajados y con experiencia macarroniana.
La olla ya se iba vaciando.
Había me introducir más las garras para ir recogiendo los macarrones que quedaban en el fondo y pegados en las paredes de la olla.
Preparamos el pan para la mojadita y una bandeja de marrones tipo degustación, jejejej
Todos preparados y con ganas de meter las manos en la salsa. Todos ellos ya la probaron alguna vez y saben lo rica que está.
Había que contenerlos para que no se metieran dentro de la olla hasta hacer la foto definitiva.
Como los chicos no se iban a quedar a comer, aparte de la mojadita tambien les pusimos una bandeja con macarrones en plan picoteo.
Lo agradecieron y dieron buena cuenta de ellos, jajajaja.
Hoy como estaba lloviendo hicimos la foto del grupo en la entrada del edificio.
Y ya salieron todos camino del reparto. Gracias a Dios que en ese momento parecía que la lluvia iba a dar un pequeño respiro después del aguacero que estuvo cayendo toda la mañana.MIentras que Nacho se hacía cargo de dirigir al grupo junto a los profes, a Manuel vino a buscarlo su hermano, Vicente, para llevarlo nuevamente a urgencias.
Nada grave, pero sufrió mucho dolor. Un cuadro que se fue complicando con una y otra cosa. A partir del martes 23 de abril Manuel ya no pudo dormir del dolor. Miércoles a primera hora fue a urgencias, le diagnosticaron cólico renal, calmantes y a casa. Miércoles de noche, jueves de noche y viernes todo el día era aguantar dolor hasta que elimine las arenillas. Una fuerte crisis de dolor del viernes noche lo llevó otra vez a urgencias. El cólico se había complicado con una ciática. Toda la madrugada en urgencias. A las 8 de la mañana, a puro calmantes y a casa. Hasta que esta tarde Manuel comprendió que el dolor no era normal, así que otra vez a urgencias. Allí lo ingresaron, 5 noches. El diagnóstico de entonces, bursitis trocanterea. Luego de 2 resonancias descubrieron que tiene roto el labrum, un ligamento, y hay que operar, no es seguro que el dolor provenga de allí, pero hay que operar igual. El dolor no ha desaparecido del todo. Ahora también sigue en tratamiento con el médico quiropráctico de la familia.
Aunque mucho mejor, sigue de baja y con algo de dolor. Reposo.
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