Como si hubiera tocado el gordo de Navidad en el Macarrón Solidario, así con gran entusiasmo y desbordante alegría, entró por la puerta de casa nuestro amigo George...¡¡¡le han concedido, por fin, el permiso de trabajo y residencia!!!
Ha venido expresamente a nuestra casa hace un rato a contarnoslo, ya que él nos dijo en alguna ocasión que eramos su familia. Ahora solo piensa en trabajar para poder viajar a Camerún a ver a su madre que se encuentra mal de salud y poder verla aunque sea una última vez, porque ya es muy mayor; su padre falleció estando él en España y no pudo ir.
Yo se que es mucho pedir, pero si alguien pudiera darle un trabajo para que pudiera cumplir su sueño, le estaríamos eternamente agradecidos.
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